Es un hecho demostrado que el ejercicio moderado, no sólo puede retrasar los efectos del envejecimiento, sino realmente invertirlos. Un ejercicio adecuado, realizado apropiada y cuidadosamente durante toda la vida, disminuye el deterioro de las funciones física que tradicionalmente acompañan al envejecimiento.
Entre los beneficios demostrados se cuentan el aumento de la capacidad de trabajo, la mejora de la función cardiaca y respiratoria, la disminución de la tensión arterial, el aumento de la fuerza muscular, el incremento de la densidad de los huesos, una mayor flexibilidad, reacciones más rápidas , un pensamiento mas claro y una menor predisposición a la depresión.
Por el contrario, una vida sedentaria desencadena una serie de posturas que envejecen progresivamente el cuerpo. Es como una pesadilla que se muerde la cola puesto que una postura deficiente desencadenará con el tiempo en una pérdida del funcionamiento correcto y una pérdida del radio de movimiento y acción. Eso se traduce en una serie de molestias casi siempre localizadas en la zona cervical, zona lumbar y especialmente en las rodillas.
Objetivos
Mejorar la CALIDAD DE VIDA de las personas mayores mediante pautas saludables.
Normalización del tono muscular (capacidad de reacción del músculo) y variación consciente de dicho tono.
Prevención y reversión del deterioro de las funciones articulares.
Mejoramiento de lo reflejos posturales y de movimiento.
Desarrollo de la alineación postural y toma de conciencia de la misma.
Mejoramientos de las funciones vegetativas; cardiocirculatoria, circulación linfática, respiración, digestión, excreción y sueño.
Aprendizaje del uso correcto y adecuado del cuerpo para cada actividad de la vida cotidiana:caminar, correr, estar sentado, descansar, etc.
Aceptación del sí mismo (corporal, emocional e intelectual).
Desarrollo de la confianza en uno mismo y en los demás.
Aprender una actitud hacia la prevención del estrés.
Saber cómo cuidarse y cuidar en las distintas etapas de la vida.
